Se editan y estudian dos coplas sefardíes que nos han llegado anónimas: las denominadas El incendio de Salónica de 1839, procedente de un manuscrito de Belgrado (1861); y El incendio de Constantinopla de 1883, conservada en cuatro versiones orales.
En el estudio la autora determina el lugar y fecha de los incendios, así como sus posibles autorías -Sa‘adí Haleví y Ya‘acob Yoná, respectivamente-; de estar en lo cierto, se trataría de las coplas más antiguas que hoy por hoy conocemos de esos dos famosos copleros salonicenses.